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A veces el ambiente, además de el tiempo o los rigores del tiempo, tienen la habilidad de envejecer los tejados o azoteas de una finca. Estos desperfectos pueden verse reflejado en filtraciones y grietas, a pesar de que de vez en cuando se mantiene oculto hasta el momento en el cual es demasiado tarde. La conservación continuada puede cooperar en impedir roturas sin importancia, pero a veces es necesaria una renovación completa, para avalar la seguridad y habitabilidad del inmueble.

Uno de los elementos que más afectan a tejados y cubiertas es la humedad, que sin prisa pero sin pausa va deteriorando los materiales. Para más inri, cuando el agua consigue filtrarse, es casi imposible hacer que desaparezca con mínimas reparaciones. Si queremos evitar goteras, lo mejor es aprovechar la renovación de la cubierta para impermeabilizarlo, lo que prevendrá venideras goteras. Se puede aportar aislamiento térmico mediante aislantes termoreflexivos y poliestirenos, colaborando a la gestión energética de los sistemas de climatización.